INTERPRETANTE
Según Umberto Eco (1986:85;2000:16) es un signo que se refiere al mismo objeto que el representamen. Este último se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de una persona un signo equivalente o más desarrollado. Es la modificación producida en el pensamiento por un signo.
Se pueden distinguir tres interpretantes de un signo: el interpretante inmediato, el interpretante dinámico y el interpretante final.
El primero de ellos es según Peirce una abstracción que consiste en una posibilidad, en palabras de Alejandra Vitale es "el interpretante pensado como el concepto o significado que comporta todo signo independientemente de su contexto y de las circunstancias de su enunciación".
El interpretante dinámico refiere al efecto particular que un signo provoca en la mente de un intérprete en una situación concreta de enunciación, en un contexto determinado de utilización. Peirce sostiene que "Es aquel que es experimentado en cada acto de interpretación, y en cada uno de éstos es diferente de cualquier otro".
Finalmente, el interpretante final es pensado como "un hábito que hace posible la interpretación recurrente y estable de un signo". Por una parte, se trata del hábito que consiste en atribuir a un representamen un objeto y, por otra parte, del interpretante que "despierta unanimidad de los eruditos en un campo de conocimiento". Es final porque es un interpretante habitual y recurrente que atribuye de modo estable a dicho representamen un objeto.
Se pueden distinguir tres interpretantes de un signo: el interpretante inmediato, el interpretante dinámico y el interpretante final.
El primero de ellos es según Peirce una abstracción que consiste en una posibilidad, en palabras de Alejandra Vitale es "el interpretante pensado como el concepto o significado que comporta todo signo independientemente de su contexto y de las circunstancias de su enunciación".
El interpretante dinámico refiere al efecto particular que un signo provoca en la mente de un intérprete en una situación concreta de enunciación, en un contexto determinado de utilización. Peirce sostiene que "Es aquel que es experimentado en cada acto de interpretación, y en cada uno de éstos es diferente de cualquier otro".
Finalmente, el interpretante final es pensado como "un hábito que hace posible la interpretación recurrente y estable de un signo". Por una parte, se trata del hábito que consiste en atribuir a un representamen un objeto y, por otra parte, del interpretante que "despierta unanimidad de los eruditos en un campo de conocimiento". Es final porque es un interpretante habitual y recurrente que atribuye de modo estable a dicho representamen un objeto.
Véase también
Fuente
Umberto Eco en: Vitale, Alejandra, 2002. El estudio de los signos: Peirce y Saussure. Bs.As.: Eudeba, 1°ed.
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